
una jauría
de cormoranes
recorre
mi cuerpo
oxidándolo
muerdo
sus ojos
los hago
migajas
y duermo
sobre ellas
impoluta
vuelvo
a recomponer
con agua desnuda
el armazón de
niebla que
me dejaste un
día
y me lo pongo
y me pierdo
y ya nadie
podrá encontrarme
salvo esa
jauría
esa
jauría de
cormoranes
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