miércoles, 27 de mayo de 2015

Distrito 07, sección 003 y mesa U

Distrito 07, sección 003 y mesa U.
U de umbela, uncial o de una mesa cualquiera.
Tiempo atrás me bautizaron sin opción a la apostasía.
Hice la comunión solo por los regalos y a los 18
el artículo 39.7 de la ley orgánica 5/1985 del
régimen  electoral general, me metió en
el rebaño. Desde entonces todo huele a borrego.
Distrito 07.
Raquel Egea.
36 años.
Oveja que solo quiere vivir feliz cual cochino jabalí.
Día de elecciones.
Lleno mi boca de colutorio mentolado.
Aprieto los dientes y pienso que los sondeos son
como cucarachas capaces de sobrevivir a
una explosión nuclear.
Me estremezco y vomito al pensar que
el método d´Hondt* nos hará libres.
Me lloran los ojos por dentro de tanto reír.
Bendito sistema todopoderoso que llena de sentido mis
días y de cánones mis facturas.
¡Orwell levántate y mira, el Gran Hermano nos viola
día tras día!
La deuda somos todos menos los apoderados de negro.
Abre el buzón, recoge la propaganda del candidato
de turno. En realidad no le importas pero mete la
papeleta en el sobre y llénate de esa amargura que
tiene la goma arábiga.
La maquinaria está en marcha.
La escarcha volverá tras la ola de calor y todos
lo sabemos.
Sección 003.
Mesa U.
Vota.

*Método D´Hondt: fórmula electoral, creada por Victor d’Hondt, que permite obtener el número de cargos electos asignados a las candidaturas, en proporción a los votos conseguidos.

Por Raquel Egea

lunes, 16 de marzo de 2015

Mar, del latín mare

La primera vez que te vi,
temí a la muerte.
No a una lenta, sino a
una acuosa.
Los hombres te definen
como una masa de agua salada
de tamaño menor que
el océano y a mí, como el feto
que nunca quiso despertar
del líquido amniótico.
La primera vez que te olí,
aparté los naranjos en flor
de mis manos y grabé
para siempre tus escamas
de sal en mi memoria.
Alfonsina te buscó para vivir
su eternidad, como las sirenas
poetas que nadan y nadan
en busca de mares menores
y océanos de cristal.
Y yo, pez de los avernos que escapó
del cemento, me dejaría devorar
por tu azul espumoso; el mismo del
que Ulises escapa cada día para llegar
a Ítaca.
La primera vez que te vi, mar (del
latín mare), temí a la muerte. No a
la mía, sino a la nuestra.

martes, 24 de febrero de 2015

Tu fase diastólica puede estar tranquila


Siempre que haya una vía de escape no

detendré tu latido. Tu fase diastólica* puede

estar tranquila.


Tú no lo sabes pero llevo días, horas, minutos
vigilando el control de acceso. Luz roja, detente.
Luz verde, accede.
El sistema de videovigilancia CCTV acaba de
ser renovado. ¿Me ves?, no creo. Invento dinero
ficticio en el cajero automático que sirve de tocador
a la indigente que vive aquí de noche.
Estoy dentro memorizando a fuego
cada rincón de tu sucursal podrida.
Es demasiado grande.
Qué rescate tan inútil, con lo mal
que huele a mierda camuflada con
ambientador.
Tomo notas mentales e invento laberintos,
cual rutas aéreas invisibles, que me sirvan de escape.
No estaré solo. Por lo menos seremos tres.
Tic, tac…
Habrá un tiempo límite para abandonar el lugar.
Tu fase diastólica puede estar tranquila, si
haces caso a lo que te iré diciendo.
*Fase de relajación del corazón durante la cual penetra sangre en los ventrículos, procedente de las aurículas.