martes, 24 de febrero de 2015

Tu fase diastólica puede estar tranquila


Siempre que haya una vía de escape no

detendré tu latido. Tu fase diastólica* puede

estar tranquila.


Tú no lo sabes pero llevo días, horas, minutos
vigilando el control de acceso. Luz roja, detente.
Luz verde, accede.
El sistema de videovigilancia CCTV acaba de
ser renovado. ¿Me ves?, no creo. Invento dinero
ficticio en el cajero automático que sirve de tocador
a la indigente que vive aquí de noche.
Estoy dentro memorizando a fuego
cada rincón de tu sucursal podrida.
Es demasiado grande.
Qué rescate tan inútil, con lo mal
que huele a mierda camuflada con
ambientador.
Tomo notas mentales e invento laberintos,
cual rutas aéreas invisibles, que me sirvan de escape.
No estaré solo. Por lo menos seremos tres.
Tic, tac…
Habrá un tiempo límite para abandonar el lugar.
Tu fase diastólica puede estar tranquila, si
haces caso a lo que te iré diciendo.
*Fase de relajación del corazón durante la cual penetra sangre en los ventrículos, procedente de las aurículas.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Infantĭa

La patria quedaba al fondo del pasillo,
entre la espina dorsal de un pez naranja
y la bicicleta que engullía rodillas tiernas.

La infancia del mundo lo era todo.
Nadar boca abajo esperando ver el sol,
levitar como si los pies fueran luciérnagas
y azotar arena fresca a la hora del patio.
Volar, dar un salto mortal y hacer de tus
labios una presa de agua recién nacida.


Cuerpo en extinción, condenado a crecer
rodeado de ratas, cemento agrietado y
cloacas pervertidas por alguna empresa
municipal.

Después, cuando los ojos llenos de luz
acaben inundándolo todo, la velocidad
de los dedos acariciándote disminuirá
considerablemente; dejando a la infinita 
niña detrás de la puerta. 

Soñando quizá en algún colibrí de 
color rojo que venga a beberse el 
néctar casero que has preparado y
que guardas frío en la nevera. 

jueves, 18 de septiembre de 2014

mi color preferido


El nudo se me hace embudo
dentro de la garganta.

Me estorba la piel si no la
puedes tocar.

Quiero tener las rodillas
malheridas de cama.
Oler a vida al despertar y
buscarte sabiendo que
quizá te escondes para
sorprenderme.
Correr como una madre sin hijos
y ladrar a todos esos hombres
que ni siquiera ya lo son.

Puta mierda.
El mundo ya no es mundo,
es un vertedero lleno de espinas
de peces vivos.

Te voy a construir un puente por el
que puedas volver incluso con los ojos
cerrados.

Sí.

Uno de color rojo, mi color preferido.

miércoles, 27 de agosto de 2014

amén

la casa vacía es un monstruo
de barro que se hunde sigilosamente.

miro, sólo encuentro el hueco que ha dejado
tu cuerpo en el sofá.

la noche es una oruga gorda rebosante
de pus verde que viene a visitarme
para que no duerma.

todo ha cambiado, el torbellino ahora es mueca
deforme entre mis manos y el agua de mis
ingles huele a tiempo estancado.
a horas pidiendo la extremaunción
para nacer en una nueva vida inventada.

intestinos amargos
serpientes agonizando en mis rodillas
surcos de piel convertidos en refugio
contra el miedo.

lamo y venero el suelo que tantas veces te ha visto caer
ahora
por siempre
amén

domingo, 1 de septiembre de 2013

después del vómito



después del vómito
sigue la náusea,
el vértigo insufrible
del que llora pero no
mama.

tras el eco,
el vacío que pesa
y la espuma que
escupes por la boca

                la voz que escucha,
intenta arrancarte
los ojos como si
fuera un águila que
cae en barrena en
busca de su presa.

después del vómito
siempre vuelve otra
náusea