camino de Atocha - Madrid
el sol agrieta la realidad
de este cristal que me
devuelve un reflejo deforme
la ciudad me espera
se relame
sin saber que sus
cloacas apestan
yo moriré tranquila
sabiendo que me han querido
de verdad a pesar de estar
rodeada de mierda
(de tanta,
incluyéndote a ti)
medio ojo te ha
olvidado y el otro te
ha sepultado bajo un óvulo
no fecundado de uñas y piel
la ciudad viene
se mete dentro de mí
y yo
le dejo
sin miedo
El olvido una vez y siempre. Y la memoria terca.
ResponderEliminarPues nos llevamos lo que dejamos, ciertamente.
ResponderEliminarSaludos.
:)
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