suelta lastre
para que las libélulas
de tus ojos encuentren la
puerta o cualquier salida
grito
porque en esta casa de
ladrillos grises
soy la última esquina
mal hecha
la última siempre
ven
coge el aire que sale
de mi boca
para alimentar los
miedos de la tuya
agárrate a mi mano limpia
y déjate morir exhibiendo
un bello cadáver
en esa lluvia que no llega
nunca
no me engañes
no alces la vista
el horizonte no existe
sólo lo buscamos cuando
no vemos el cielo
Ay!
ResponderEliminarmorimos un poco cada día
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