El grito
Edvard Munch, 1893
la agonía se ha hecho
fuerte en mi estómago
las cintas de colores que
me salían de la boca se
han hecho mármol
y sobre él crisantemos
gira la cabeza
da igual
nunca tuve nombre
ni paladar
para los buenos vinos
no me leas
mis palabras apenas
tienen importancia
si no las llenas de
tatuajes y putas
no me respires
perdí la cordura
ayer a las cinco
de la tarde
y la agonía se ha
apresado de mis
costillas
"Paseaba por un sendero con dos amigos - el sol se puso - de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio - sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad - mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza"
ResponderEliminarE. Munch.
El poema una delicia...
temblando de ansiedad, exacto.
ResponderEliminargracias por tus comentarios. siempre hacen más completo mi poema. Un abrazo, David
Excelente Raquel, uno de los mejores que he leído Qué bien escribís piba!
ResponderEliminargracias, Diego! Tus versos no tienen desperdicio tampoco, pibe! un abrazo!
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