martes, 15 de marzo de 2011

por alambres de espino



ilustrado por Ana B.Cepeda


la piel de la naranja
emana efluvios que
un día te pertenecieron
no tengo ni pies ni
cabeza
ni redención
he mutado los dedos
por alambres de espino
para herirte
cambio al pestañeo de
un erizo
muero y renazco transformada
en junco voraz
sin río al que enroscarse
no grites!
si cierro los ojos
el vuelo de un tsunami
profundo me acabará de
hacer como soy
tal como era

escrito para Léptica y su obsesión por la metamorfósis

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